Por El Profesor
A manera de resumen y centrado en el docente se presenta este análisis que complementa los dos artículos anteriores.
La relación que existe entre las competencias del bachiller y las del docente es inherente a su naturaleza, debido a que la afinidad entre éstas es elemental para que los participantes dentro del ciclo de enseñanza puedan cumplir con su objetivo. Resulta imperativo que el docente posea aquellas competencias que deben adquirir sus alumnos.
A continuación se enlistan detalladamente las competencias que el docente debe de trabajar permanente de tal forma que sea capaz de ayudar al alumno a obtener las habilidades clasificadas bajo el nombre de “competencias generales del bachiller”.
En primera instancia es fundamental que el docente planifique los procesos de enseñanza y aprendizaje apegados al desarrollo de las competencias, sin dejar de lado el contexto social en el que se desenvuelve el alumno. Además es importante que el profesor haga la transición de la planificación a la práctica y ejecución de dichos procesos agregando además el ingrediente de la innovación y la creatividad necesarias en cualquier práctica exitosa. De la correcta apropiación de dichas competencias dependerá que el alumno sea capaz de alcanzar las habilidades y herramientas que requiere para cumplir con el programa. Es decir es necesaria una planeación e implementación estratégica de la didáctica para lograr que el estudiante sea capaz de expresar y comunicar mensajes dentro de una amplia variedad de contextos utilizando herramientas y códigos diversos que le permitan participar en una comunidad global.
En segundo término, si lo consideramos en el contexto globalizado y cambiante en el que tanto alumnos como maestros se encuentran inmersos, es inminente que el docente procure una formación continua que le permita dominar las nuevas estructuras en las que se desenvuelve el alumno (ideas, creencias culturales, principios, etc.) con el fin de facilitar experiencias que le otorguen un aprendizaje significativo. Es a través de estas habilidades que el docente será capaz de crear en el estudiante una conciencia cívica y ética que le permita construir una actitud de respeto hacia la interculturalidad y la diversidad de ideas, valores, creencias y prácticas sociales. De igual forma logrará que el alumno se vuelva un agente activo que contribuya en el desarrollo sustentable de su comunidad.
Finalmente, es elemental que el maestro sea capaz de construir ambientes de aprendizaje sano, colaborativo y autónomo; de lo contrario el estudiante se verá incapacitado para desarrollar su habilidad de auto aprendizaje inhibiendo además la capacidad reflexiva y critica del mismo. Dicha situación coartará de raíz la esencia misma de las competencias, pues el estudiante jamás será capaz de volverse un ser autodidacta, reflexivo, critico, con capacidad y deseo de contribuir de forma activa en la construcción de una sociedad más rica.
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